En la última década, se han notificado en Europa entre 7000 y 9000 muertes relacionadas con las drogas cada año. Se estima que en 2021 se produjeron en la Unión Europea (UR) 6166 muertes por sobredosis relacionadas con drogas ilícitas (5796 en 2020). En 2021, los Estados miembros de la UE incautaron la cifra récord de 8,5 toneladas de Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP). La naturaleza rápidamente cambiante del mercado de las NSP y el gran número global de sustancias que deben ser objeto de seguimiento han supuesto un reto para las actividades de alerta temprana en los últimos años. Los cannabinoides sintéticos y los opioides sintéticos, por ejemplo, son sustancias muy potentes, y los productos adulterados conllevan riesgos de intoxicación.
Debido al crecimiento exponencial del número de drogas ilícitas, el reto actual al que se enfrentan los laboratorios forenses es obtener rápidamente una clasificación preliminar de las sustancias como drogas o no drogas. Esto es especialmente importante en el caso de los nuevos tipos de drogas, NPS. Hoy en día, varios instrumentos equipados con bibliotecas actualizadas permiten la rápida identificación de drogas de abuso en la escena de un crimen o durante un análisis toxicológico. Sin embargo, hay algunos inconvenientes: 1) Las bibliotecas de los instrumentos no se actualizan regularmente por los fabricantes, lo que compromete la detección e identificación de nuevas drogas; 2) Los instrumentos no superan fácilmente el efecto matriz causado por tener las drogas encapsuladas/disueltas en diferentes materiales, fluidos biológicos y mezcladas con excipientes y adulterantes; 3) Las NSP son tan potentes que se trafican y venden cada vez en dosis más pequeñas, lo que dificulta su detección e identificación; 4) Los métodos de análisis rutinarios durante el análisis forense, la toxicología clínica y la toxicología forense necesitan detectar las nuevas drogas de abuso, no sólo las drogas madre sino también sus metabolitos, pero falta información estructural y materiales de referencia comerciales necesarios para realizar análisis específicos.
La creciente necesidad de un diagnóstico rápido y de datos sólidos sobre la potencia de drogas ilícitas bien conocidas, junto con el uso siempre cambiante de drogas y moléculas de diseño, complica aún más las investigaciones sobre la muerte, lo que subraya la necesidad de nuevas técnicas y enfoques. Estos enfoques deben ser rápidos, no selectivos y complementarios. Por estas razones, lo que se necesita ahora es establecer una biblioteca de sustancias compartida, actualizada y rápidamente actualizable, accesible a instrumentos y profesionales, que incorpore incluso la Inteligencia Artificial (IA) como parte de la rutina diaria de la evaluación de drogas, desde la investigación forense hasta la toxicológica. Además, el intercambio global de información analítica relacionada con los casos entre laboratorios e instituciones como la policía, los hospitales y los patólogos forenses a escala nacional y europea es necesario para la correcta interpretación de los resultados (enfoque multidisciplinar de las investigaciones).
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