Tesis Doctorales de la Universidad de Alcalá |
LAS METODOLOGÍAS ÁGILES COMO HERRAMIENTA DE PRODUCTIVIDAD Y SU RELACIÓN CON LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LAS ORGANIZACIONES | Autor/a | Castaño Urueña, Raúl | Departamento | Economía y Dirección de Empresas | Director/a | Val Núñez, María Teresa del | Codirector/a | Yela Aránega, Alba | Fecha de defensa | 28-04-2025 | Calificación | Sin especificar | Programa | Economía y Gestión Empresarial (RD 99/2011) | Mención internacional | No | Resumen | Se explora la relación entre las metodologías ágiles y la inteligencia emocional (IE) como herramientas para abordar los retos actuales de productividad, cohesión organizacional y adaptabilidad en entornos empresariales y educativos. A medida que los entornos profesionales se vuelven más dinámicos y complejos, las metodologías ágiles, como SCRUM, Kanban y Extreme Programming, se posicionan como enfoques clave para fomentar la colaboración, la innovación y la entrega iterativa de valor. Paralelamente, la IE, que incluye competencias como la autorregulación, la empatía, la automotivación y las habilidades sociales, adquiere un papel esencial en la creación de culturas laborales resilientes y en la mejora del desempeño en equipos multidisciplinarios.
El análisis se centra en cómo la integración de estas herramientas puede transformar las organizaciones, promoviendo tanto la eficiencia operativa como el bienestar personal. En el ámbito académico, la implementación de metodologías ágiles, como SCRUM, en el desarrollo de habilidades prácticas y emocionales ha demostrado resultados positivos en la formación de estudiantes. Mediante actividades basadas en la resolución de problemas y la colaboración, los participantes no solo desarrollaron competencias técnicas, sino que también mejoraron su capacidad para trabajar en equipo y resolver conflictos, habilidades fundamentales para su integración en el entorno laboral.
El documento identifica que la adopción de metodologías ágiles no solo mejora la productividad, sino que también fomenta un entorno laboral más colaborativo y motivador. Estas metodologías son capaces de reducir la resistencia al cambio, fortalecer el compromiso de los equipos y facilitar la innovación continua. Sin embargo, la implementación de estas herramientas no está exenta de desafíos. Entre las barreras más comunes se encuentran la falta de formación adecuada, el escaso apoyo gerencial y la resistencia cultural dentro de las organizaciones. Para superarlas, se recomienda diseñar estrategias que incluyan programas de capacitación, promover una comunicación efectiva y garantizar la participación activa de todos los niveles de la organización en el proceso de cambio.
El estudio también propone la actualización de modelos tradicionales, como el de las 5S, para incorporar un enfoque más centrado en las personas. Esta actualización incluiría el papel de un líder motivacional o "sensei", encargado de supervisar y guiar a los equipos mientras se fomenta un entorno de compromiso y pertenencia. Este enfoque busca equilibrar la eficiencia operativa con el bienestar humano, considerando que ambos elementos son esenciales para la sostenibilidad organizacional.
La IE se presenta como un componente fundamental en este marco. Las dimensiones de la IE, como el autoconocimiento y la autorregulación, son esenciales para que los individuos manejen las demandas laborales y el estrés asociado, mientras que la empatía y las habilidades sociales fortalecen la comunicación y la cohesión del equipo. En el contexto de las metodologías ágiles, estas competencias permiten que los equipos trabajen de manera autónoma y colaborativa, maximizando los resultados. Por ejemplo, la autorregulación es crucial en SCRUM para gestionar tareas y mantener la productividad sin depender de una supervisión constante, mientras que la empatía ayuda a resolver conflictos y construir relaciones de trabajo más efectivas.
En el ámbito académico, se destaca la capacidad de las metodologías ágiles para preparar a los estudiantes para los desafíos del mundo laboral. En programas educativos donde se implementaron estas metodologías, los estudiantes desarrollaron habilidades prácticas y emocionales mediante dinámicas colaborativas. Los resultados evidenciaron mejoras en su capacidad para adaptarse a entornos cambiantes, resolver problemas complejos y trabajar en equipo, fortaleciendo así su empleabilidad. Estos hallazgos refuerzan la idea de que las metodologías ágiles no solo son herramientas para la gestión de proyectos, sino también un marco efectivo para la formación integral de futuros profesionales.
En términos de sostenibilidad organizacional, el estudio subraya que la integración de metodologías ágiles y IE ofrece una ventaja competitiva significativa. La combinación de flexibilidad, comunicación continua y enfoque en el bienestar de los empleados crea un entorno laboral en el que los equipos se sienten valorados y motivados. Esto no solo mejora el rendimiento operativo, sino que también reduce los índices de rotación y burnout, factores clave para mantener una fuerza laboral comprometida. En contextos socioeconómicos inciertos, esta integración se convierte en una estrategia clave para responder rápidamente a los cambios del mercado y a las expectativas de los clientes.
El liderazgo emerge como un elemento crucial en la implementación exitosa de estos enfoques. Los líderes con altos niveles de IE tienen una mayor capacidad para gestionar resistencias al cambio, motivar a los equipos y construir un ambiente de confianza. Además, la formación en IE para los equipos ágiles asegura que las competencias emocionales complementen las habilidades técnicas en la gestión de proyectos, optimizando los resultados y fortaleciendo la cohesión grupal.
Una de las propuestas más destacadas del documento es la actualización del modelo de las 5S, que tradicionalmente se centra en la clasificación, orden, limpieza, estandarización y disciplina, para incluir una sexta "S", enfocada en el bienestar y la motivación de los equipos. Este modelo ampliado, denominado "6S", introduce la figura del "sensei" como líder responsable de fomentar la motivación y el sentido de pertenencia entre los empleados. Este enfoque no solo refuerza la eficacia del modelo original, sino que también aborda los desafíos asociados con la desmotivación y la pérdida de propósito individual en el entorno laboral.
En conclusión, la combinación de metodologías ágiles y IE representa un marco innovador y efectivo para transformar las organizaciones y prepararlas para los retos del futuro. Este enfoque integrador no solo mejora la productividad y fortalece la cohesión de los equipos, sino que también promueve una cultura organizacional resiliente y centrada en las personas. Los hallazgos respaldan que estas herramientas, cuando se implementan de manera conjunta, permiten a las organizaciones adaptarse eficazmente a entornos complejos y cambiantes, posicionándose para un éxito sostenido a largo plazo. Esta integración, además, representa una oportunidad para replantear modelos tradicionales y construir estrategias empresariales más equilibradas, donde la eficiencia operativa y el bienestar humano trabajen en armonía. |
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